Unidas por Valdepeñas rechaza la política urbanística que promueve las islas de calor en lugar de los refugios climáticos
El Ayuntamiento de Jesús Martín se ha instalado en el negacionismo climático, continuando con la construcción de más plazas duras. La inauguración, hoy, del nuevo “espacio verde” de Viña Lola, en la Avenida del Vino, incorporada al programa de actividades de la Feria de Agosto, es sólo un ejemplo más de la desastrosa política urbanística que el alcalde socialista y su equipo de gobierno lleva perpetrando en la localidad durante dos décadas. Una política que promueve las islas de calor, con la utilización de materiales (hormigón, enlosados, adoquines y aluminio) que favorecen la subida de las temperaturas, en lugar de apostar por la creación de refugios climáticos, espacios pensados y diseñados para mitigar los devastadores impactos del cambio en el clima y en los que debe primar la sostenibilidad, con zonas verdes y áreas de sombra con árboles y vegetación que contribuyan a bajar la temperatura local y a mejorar la calidad del aire.
Ni la nueva Plaza de Viña Lola, ni las recientes intervenciones realizadas en la Calle Seis de Junio (en la antigua zona de Correos y frente a la UNED) responden a los principios básicos que los expertos aconsejan para combatir los efectos del cambio climático en una zona de inminente riesgo como es Valdepeñas. Muy al contrario, estas actuaciones abundan en la desolación ya creada en áreas como la Plaza de la Constitución o el último tramo reformado de la Avenida 1º de Julio, inaugurado hace dos años. Intervenciones, todas ellas, de alto coste, como la de Viña Lola, que con un año de retraso sobre el plazo de ejecución anunciado, ha costado la “calorera” de 200.000€.
Unidas por Valdepeñas se opone rotundamente a este tipo de política urbanística, paisajista y de jardinería promovida por el equipo de gobierno socialista y demanda un inminente cambio de rumbo. Al margen del cuestionable gusto estético, el empeño en cubrir de hormigón y adoquines cualquier zona de esparcimiento de la localidad, restando espacio a la vegetación, no sólo atenta contra la lógica científica, sino que merma las oportunidades de construir un futuro más saludable para los ciudadanos y ciudadanas de Valdepeñas.